Hoy estamos de manteles largos, pues se celebra el Día de las y los Gerontólogos. Y, posiblemente, para quienes no estamos familiarizados con el tema, podemos llegar a confundir la gerontología con la geriatría. Sin embargo, ambas son disciplinas enfocadas en procurar y promover la salud y bienestar de las personas adultas mayores, la diferencia es que lo hacen desde diferentes ángulos.
La desaceleración de los índices de fecundidad, natalidad y mortalidad, así como el desarrollo de grandes avances de la ciencia, que nos permiten alargar nuestra esperanza de vida, ha permitido el crecimiento de habitantes que cuentan con 60 años y más. Tan solo en México, el INEGI (Instituto Nacional de Geografía y Estadística) estimó en el 2020 que hay más de 15 millones de personas adultas mayores.
En ese sentido, es de suma importancia atender los retos, demandas y necesidades específicas de este grupo etario, que cada día va a la alza. Por esa razón, surgió la necesidad de implementar y adaptar disciplinas, con enfoques científicos, que brinden soluciones a los retos de salud, psicológicos, integración social y económicos, que se presentan en esta etapa de la vida.
¿Qué es la gerontología?
Según la Universidad de Guadalajara, la gerontología es una disciplina que estudia el envejecimiento, la vejez y al adulto mayor bajo la perspectiva psicológica, biológica, social y cultural con un profundo compromiso humanista y social.
Es decir que, cuando hablamos de un gerontólogo, se trata de un científico que estudia el envejecimiento y que posee conocimientos, tanto del área de la salud, como de las ciencias sociales para ayudar a incrementar la calidad de vida de las personas adultas mayores. Entre sus tantas actividades, las y los gerontólogos promueven un estilo de vida saludable para un envejecimiento activo, previenen daños a la salud, apoyan la evaluación, diagnóstico y tratamientos de las personas mayores y promocionan estrategias de cambio en seguridad social y políticas públicas.
En nuestro país, el tema del envejecimiento poblacional no tuvo la importancia y atención adecuada hasta los años setenta, que fueron creadas diversas instituciones enfocadas al bienestar de las personas adultas mayores, tales como el Instituto Nacional de la Senectud, antes INSEN, hoy INAPAM; la Sociedad de Geriatría y Gerontología de México, A.C. (GEMAC) y la Asociación Mexicana de Gerontología y Geriatría, (AMGG).
En 2004, se abrió la primera licenciatura en gerontología en la Universidad Estatal del Valle de Ecatepec y, con el paso del tiempo, un sinfín de instituciones educativas ofrecen planes educativos para estudiar gerontología como especialidad, diplomado, licenciatura, o maestría.
¿Qué es la geriatría?
Durante una entrevista, realizada por nuestra gerontóloga de cabecera, Jazmín Camacho, a la Dra. Diana Chávez, la especialista en Medicina Interna y Geriatría, menciona que la geriatría es una rama de la medicina que trata del cuidado de las enfermedades que cursa el adulto mayor, así como la prevención de las mismas.
Las y los médicos geriatras, saben de los cambios biológicos que se producen a lo largo del envejecimiento, por ejemplo: las enfermedades crónicas, síndromes respectivos a la edad, como demencia, incontinencia o alzheimer y otras diversas patologías a las que deben dar tratamiento.
Los expertos recomiendan consultar a un geriatra a partir de los 60 años, con la finalidad de detectar a tiempo enfermedades y sus posibles complicaciones, para prevenir, controlarlas y ajustar tratamientos médicos.
Entonces, ¿cuál es la diferencia?
En resumen, la diferencia entre gerontología y geriatría, radica en que la primera es una ciencia que estudia el proceso del envejecimiento social a distintos niveles y desde diferentes materias como lo son la sociología, medicina, psicología entre otras. Mientras que la geriatría se encarga de la parte médica y sanitaria de las personas adultas mayores. En ambos casos, el geriatra y el gerontólogo cargan con una extensa visión humanista, que les permite tratar a las personas adultas mayores con altos valores y principios éticos.
Ahora que ya sabes cuál es la diferencia, compártenos tus dudas y qué más te gustaría saber del tema.
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